Un bebé al que un ojo le lagrimea continuamente, es porque el conducto que normalmente lleva las lágrimas del ojo a la nariz está obstruido.
Las lágrimas circulan a través del ojo desde la esquina exterior hacia la nariz donde son depositadas en el sistema del canal lagrimal, a través de una abertura llamada punto lagrimal y depositado finalmente en la nariz a través del conducto nasolagrimal.
Este canal puede verse obstruido total o parcialmente, por inflamación de la mucosa o debido a un mal posicionamiento del hueso unguis. Como la lágrima tiene restos salinos se acaba produciendo infección (conjuntivitis).
Si no se recupera por sí solo, el pediatra plantea una pequeña intervención o bien acudir al osteópata. La osteopatía suele ser una solución no invasiva y efectiva si se actúa pronto.
TÉCNICAS PRINCIPALES
Mediante suaves técnicas craneales se puede devolver la movilidad a este hueso, descongestionando el canal y así eliminando la patología evitando la intervención.
Se suele enseñar a los padres, un masaje para hacerle en casa que ayuda en el tratamiento.