El Síndrome de dolor miofascial es uno de los principales motivos de consulta en una clínica de fisioterapia .
En la sociedad en la que vivimos actualmente el dolor musculo-esquelético está a la orden del día.
Descubre en este artículo como identificarlo y tratarlo.
¿Qué entendemos por Síndrome de dolor miofascial?
Representa un conjunto de síntomas y signos de dolor de origen muscular.
El dolor está localizado en la banda tensa de un músculo o grupo muscular.
Esta banda tensa está aumentada en grosor, es dolorosa y se identifica perfectamente a la palpación.
Y en ella encontramos el Punto Gatillo que puede dar dolor local y/o referido en una zona a distancia.
¿Qué es un Punto Gatillo Miofascial (PGM)?
El Punto gatillo se define como un foco hiperirritable dentro de una banda tensa de un músculo esquelético o en su fascia asociada.
A veces se puede palpar un nódulo, que puede llegar a ser hipersensible.
Puede dar dolor a la presión local y referido.
Presenta una alteración de las propiedades musculares como una disfunción motora.
El Punto Gatillo también puede ir acompañado de fenómenos autonómicos.
En esta imagen vemos con una «x» la localización del PGM y en color rojo el recorrido del dolor referido.
Imagen de Travell y Simons.
Clasificación de los puntos gatillo en el Síndrome de dolor Miofascial (PGM)
PGM activo:
- Provoca dolor a la presión.
- El paciente lo reconoce como el dolor habitual que tiene.
- Limita la completa elongación del músculo.
- El músculo presenta debilidad sin atrofia.
- Se pueden presentar fenómenos autonómicos en su zona de dolor referido; como sudoración, “piel de gallina” o lagrimeo.
PGM latente:
- Puede tener los mismos síntomas y características que los PGM activos.
- No presentan dolor espontáneo.
- El dolor solo aparece al estimular el PGM.
PGM central:
- Localizado en el centro del músculo.
- Está íntimamente relacionado con las placas motoras disfuncionales.
- Debe ser tratado en primera opción en relación al PGM insercional.
PGM insercional:
- Está localizado en la unión miotendinosa y/o en su inserción ósea.
- Es el responsable de las patologías como la entesitis, debido al exceso de tensión que ejerce el PGM central del mismo músculo.
- También deben ser tratados.
- A veces pueden mejorar de forma espontánea al tratar el PGM central.
PGM clave:
- Es el responsable de la activación de uno o más PGM satélites.
- Normalmente al desactivarlo también se desactivan los satélites.
- Pero si se hace al revés y se desactivan los satélites, la sintomatología vuelve a aparecer.
PGM satélite:
- Está generado por la actividad del PGM clave.
- Pueden aparecen en zonas de dolor referido del PGM clave, en musculatura antagonista y en músculos sinergistas.
Todos ellos son importantes en el Síndrome de Dolor Miofascial por lo siguiente:
- Aumentan la severidad de la lesión.
- Provocan más recaídas.
- Hacen que el coste de tratamiento farmacológico y sanitario sea muy elevado.
Cómo reconocer un PGM rápidamente:
- Existencia de una banda tensa, como un cordón.
- Hipersensibilidad a la palpación de un nódulo.
- Que el paciente, al presionar, lo reconozca como su dolor habitual.
- Limitación de la movilidad activa y pasiva.
Causas del Síndrome de dolor Miofascial.
La principal causa es la activación de los PGM antes mencionados.
Estos puntos se activan debido a estímulos biomecánicos.
Se pueden activar por los siguientes motivos:
- Sobrecarga de un grupo muscular por sobre esfuerzos o movimientos repetitivos.
- Microtraumatismos de repetición.
- Posturas inadecuadas.
- El estrés y la ansiedad son factores que aumentan las probabilidades de desarrollar PGM. Estas personas tienden a apretar más sus músculos.
Diagnóstico del Síndrome de dolor Miofascial.
La historia clínica es básica, es imprescindible hacer un buen interrogatorio al paciente para averiguar la causa de su dolor.
Establecer un diagnóstico diferencial con otras patologías.
Muy importante la exploración física, en la cual se puede observar si existen bandas tensas y PGM y de qué tipo.
Si existen PGM, saber identificarlos para poder tratarlos adecuadamente.
¿Cómo nos afecta el Síndrome de dolor Miofascial?
Los PGM son los responsables de la mayoría de las lesiones musculares.
Así que podemos pensar que son el origen de lesiones como tendinitis, bursitis, trocanteritis, fascitis, contracturas musculares, entesitis, tenosinovitis, epicondilitis, epitrocleitis….
Porque al fin y al cabo todas estas lesiones forman parte del Síndrome de dolor Miofascial.
De manera que ahora ya sabes de donde viene tu dolor, si es que te identificas con las lesiones mencionadas.
Y ahora lo único que te falta por saber es cómo tratarlo.
Tratamiento del Síndrome de dolor Miofascial.
Médico: Tu médico seguramente te recetará antiinflamatorios y relajantes musculares, que seguramente funcionarán al principio, pero a la larga…..
Ortopédico: En muchos casos como la causa es por exceso de carga y movimiento repetitivos es posible que te indiquen colocar una férula para descargar.
Bueno, puede ser de ayuda pero no es curativo.
Fisioterapia: Aquí ya nos vamos acercando a lo que realmente hará que el Síndrome de dolor Miofascial empiece a desaparecer.
El uso de termoterapia, masoterapia, corrientes TNS y estiramientos nos alivian de entrada y su efecto es medianamente duradero.
Osteopatía: Es ideal para devolver la movilidad a los tejidos lesionados, es muy importante, sin ella los músculos no podrán llegar a relajarse.
Correción postural: En muchos casos el mantenimiento de una postura incorrecta es el responsable del mal funcionamiento de un músculo. Lo que nos lleva a tener dolor y Síndrome Miofascial.
Una postura biomecánicamente correcta aliviará la tensión muscular y favorecerá la recuperación de la lesión.
Y finalmente la estrella en el tratamiento del Síndrome de dolor Miofascial,
PUNCIÓN SECA. Técnica revolucionaria por excelencia para el tratamiento de los PGM.
Pero este tema os lo dejo para el mes que viene ya que requiere un artículo para ella sola.
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